No hay nada para ver

Tu sonrisa me agrada, aunque me inspira desconfianza,
esa desconfianza estándar que uno tiene con todo lo que toca.
Pero me niego a resistirme, me niego a negarme.

Si supieras lo que pienso, lo que siento, esa fuerza,
no estarías escondiendo tantas palabras en tu boca.
Si yo supiera lo que escondes en tu boca, te dejaría verme.

Pero nada de eso sucederá, nada de nada,
Yo te veré y tú me verás, ignorantes a lo que nos toca.
Yo no hablaré, y tu no hablarás... y esto ¿como sigue?

¿Como levantar el telón?, si estoy desnudo.
Buscando palabras justas para momentos no indicados.
Es estresante pensar en cómo desatar el nudo,
Si cada nudo de estos debería desatarse sin esfuerzos.

Tu silencio me presiona, pero sigues frente a mi,
aún no te he perdido, pero no puedo hacer que te quedes.
Sé que quieres quedarte, pero no sabes nada de mí,
mi superyó no quiere y yo no puedo mostrarte mis señales.

Entradas populares de este blog

Desde el suelo en subida (improvisado)

La satisfacción del terco

La ropa