Mi única habilidad

De tanto sembrar en el cemento
y de regar con lágrimas de dolor.
Tal vez aprendí a caminar mas cauto,
y dejarle tranquilidad a mi corazón.

De tanto romper contra las rocas,
quizás la erosión calme mi ansiedad.
Que todo lo hecho sirvió para algo.
Creer y crecer no es fácil, mi habilidad.

De tanto buscar entre las sombras,
quizás mi vista se canse en la obscuridad.
Mientras le quede aire a estas piernas,
el estar ciego no es motivo para abandonar.

De tanto apostar todo a mi corazón
y de regalar mas que un tonto sentimiento,
tal vez termine con mi esperanza, agotado.
Pero esto es lo único que se hacer, mi destino.

Quizás termine muriendo escalando una pared,
o tal vez me encuentre tocando mis sueños.
No importa donde termine mi alma y mi sed,
sera de pie, frente a mi Dios, mirando la oz.

Entradas populares de este blog

Desde el suelo en subida (improvisado)

La satisfacción del terco

La ropa